sábado, 24 de enero de 2009

Mujer en relación con su PODER FEMENINO


"Utilizamos todos nuestros sentidos para extraer la verdad de las cosas, para exprimir el alimento de nuestras ideas, para ver lo que es necesario ver, saber lo que es necesario saber, ser guardianas de nuestros propios fuegos creadores y adquirir un íntimo conocimiento de los ciclos de la Vida/Muerte/vida" (Pinkola Estés)

¿Cómo llegar a ser esa MUJER NUEVA? El cuento de "Vasalisa la Sabia" perfila el itinerario de una mujer iniciada, despierta y conectada con su alma-centro. En otras palabras, una mujer en relación con sus propios poderes. Desde esta clave, deseo comentar parcialmente algunos aspectos sin pretender agotarlos, cosa que me parece imposible dada la profundidad y extensión con que la autora los presenta. Pero entre todas podemos comentar diferentes aspectos y ayudarnos a enriquecer la lectura.

Según la autora, el camino de iniciación femenina comienza con la decisión de cuidar de nosotras mismas, de abandonar aquellos principios que resultan anacrónicos y de fijarnos objetivos por los cuales estemos dispuestas a correr riesgos. Es algo así como un proceso de autorreparentalización en el cual cambiamos de madre o nos convertimos en una para nosotras mismas: "Para que podamos proseguir nuestro desarrollo, debemos cambiar la solícita madre interior por otra clase de madre, una madre que habita en los más hondos desiertos psíquicos y es no sólo una escolta sino también una maestra, una madre afectuosa, pero también severa y exigente".

En este proceso debemos "experimentar directamente la oscuridad de la propia naturaleza... y permitir que crezca la tensión entre aquella que estamos aprendiendo a ser y la que somos realmente". En este sentido ¿quién no ha experimentado la tentación de ocultar, disimular o alejar de si, los aspectos de nuestro yo menos atractivos o rechazados por los grupos sociales a los que pertenecemos? La disyuntiva es clara, ser nosotras mismas en medio de la desaprobación y exclusión del grupo o buscar hacernos querer y acceder a las exigencias de las demás, haciéndonos incapaces de sentir y vivir nuestra propia condición. La autora afirma que es precisamente esta tensión síquica la que posibilita la conexión con nuestra alma-centro.

Me fascinó volver a confirmar que nuestro yo intuitivo es un DON MATRILINEAL. Es la madre de Vasalisa quien entrega a su hija la sabiduría intuitiva, heredada de mujer en mujer a lo largo de la historia, de tal manera que cuando nos relacionamos con nuestra intuición, lo hacemos con lo femenino, la madre y las demás mujeres: “Tenemos acceso inmediato a una profunda sabiduría que llega hasta los mismísimos huesos de las mujeres”. Por otro lado, constaté una vez más que somos sororas por esencia, amigas por naturaleza… ¿qué pasó en la historia de la humanidad y en nuestra propia historia, que nos hicieron enemigas y desconfiadas unas de otras? Hay un libro que me gustaría que leyeran si pueden y ojalá busquen poder hacerlo: “ADIOS BELLA DURMIENTE, Critica de los mitos femeninos” de Madonna Kolbenschlag, que profundiza magistralmente en este aspecto entre otros.

Vencer el miedo a este impresionante y amplio poder femenino, simbolizado en el rostro de la “bruja” es otra de las habilidades de la mujer naciente, NUEVA Y NOMADA. Esta dinámica implica entre otras cosas, aprender a lavar, eliminar desechos, barrer, ordenar, remendar, renovar, encender el fuego, guisar, alimentar, vigilar, cuidar, sanar… su propia sique instintiva. En otras palabras, implica alimentar la relación con esta faceta de la propia fuerza femenina, comprenderla y familiarizarse con su temible poder tanto en una misma como en las/os demás. En este momento una mujer “tras haber recibido el legado de las madres, avanza por la vida asentando con firmeza los pies en el suelo… (pues) ha fundido su poder y ahora ve el mundo y su propia vida a través de esta nueva luz”.

Finalmente, como se comporta una mujer así:

•Lleva la llama de la sabiduría y posee unos sentidos despiertos.
•Vigila y comprende las fuerzas negativas y los desequilibrios tanto interiores como exteriores (propios y ajenos).
•Ve un buen corazón más allá de una mala acción, un dulce espíritu hundido por el odio o la traición y cobardía de quien se da por valiente, la envidia oculta en una cordial sonrisa…
•Discierne entre las distintas opciones: las dos contrarias, la intermedia y el análisis de posibilidad.
•Se relaciona con personas que se convierten en MADRES SALVAJES porque alimentan, guían, se alegran por las cualidades, cuidan el arte, hacen aflorar lo mejor que se lleva dentro y se entusiasman cuando hay ante el vinculo con la muñeca.

Nancy Olaya
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2 comentarios:

Panambi dijo...

Hola Nancy:

Quisiera hacerme eco de algunos puntos con los que he sintonizado en tu escrito. Ante todo, de la decisión de cuidar de nosotras mismas; esto es claro, pues si cada una no lo hace, ¿quién podrá hacerlo? Como mujeres adultas hemos de tomar la vida en nuestras manos, esto implica conciencia y responsabilidad. Hacerse cargo de una misma. Correr riesgos. Instaladas en perspectivas, posturas, modos de entender las cosas… no podremos responder adecuadamente a este mundo en permanente cambio.

Experimentar la oscuridad de lo que somos, aprender a vivir desde la penumbra, desde la tensión que supone el ser y no ser. La tensión entre lo que somos y lo que nos gustaría ser, entre lo que podemos ofrecer y las expectativas de los demás. Ir aprendiendo a vivir desde la interdependencia que significa intentar ser una misma, aunque muchas veces tengamos que frustrar los deseos de los demás.
Se lee entre líneas que, según la autora, una buena dosis de tensión es saludable para mantener el equilibrio psíquico-espiritual. Para ello hemos de buscar hacer síntesis entre las intervenciones de la madre tierna y la madre bruja. Ambas facetas, presentes en cada una, nos van dando la medida de nuestro poder, esto es, nos van empoderando desde las pequeñas acciones cotidianas.

Teresa del Pilar

Nancy Olaya Monsalve dijo...

Mmmm que interesante comprender que la madre tierna y la madre bruja están dentro, son facetas de nuestro yo... si. Gracias por tu comentario.