sábado, 30 de agosto de 2008

La Resurrección de la Mujer Salvaje

La lectura de este texto me ha recordado que no hay tanta diferencia entre las propuestas espirituales de las escuelas de oriente y nuestra forma de vivir la fe y la oración.

La primera frase que me gustaría destacar es: "el exceso de intelectualización puede desdibujar las pautas de la naturaleza instintiva de las mujeres”. Hay una teóloga coreana (Chung Kyun Kyung) que habla precisamente de esto. En su libro Introducción a la Teología Feminista Asiática, hace un completo análisis crítico de la Teología Teórica, que nada tiene que ver con la vida cotidiana de las mujeres. Ella defiende el mensaje vivo y actual que la biblia, recibida y re-leida desde la propia experiencia de vida, puede dar respuestas útiles a las mujeres de hoy. En el capítulo titulado “Una Metodología nueva”, desarrolla con todo detalle este argumento y me ha venido a colación a partir de la lectura de este relato de la mujer salvaje.

¡Cuantas veces me he sentido “defraudada”! al acercarme al mensaje de mujeres especializadas en temas teológicos y espirituales, y he necesitado cerrar estos libros por sentirme lejana, ignorante y triste, a no ser capaz de saber qué me quieren decir. Aun a sabiendas que su sabiduría y experiencia es máxima, pero imposibles de comprender. Desde entonces me propuse estudiar con todas mis fuerzas para ser capaz de comprender y luego “traducir” todo lo aprendido a las mujeres como yo.

Me entusiasma la idea de la que habla la autora, de aquellas herramientas útiles para poder llegar hasta esa naturaleza nuestra instintiva. Nos habla de las artes, la pintura, los cuentos, el teatro, la danza… todas aquellas disciplinas que en el algún momento de nuestra cultura occidental y sabia, fueron desechadas por ser menos serias, menos responsable. Una perdida de tiempo, que no podía convertirse en un profesión respetable. El teatro y la creación de relatos son mis pasiones, y ahora me reafirmo en la idea de seguir empleándolos, pero esta vez, desde otra óptica. Como herramientas de espiritualidad. Ya venía empleándolas como medio para el mejoramiento personal con los grupos de mujeres con los que trabajo habitualmente.

Me ha resultado sorprendente y curiosa la división de circuitos del oído, que nos permite oir determinadas informaciones: Las conversaciones mundanas, los conocimientos fundamentales y los consejos vitales para nuestra supervivencia.

Esta última información es captada por el oído del alma. Aquel que deberíamos emplear y desarrollar si deseamos acceder a nuestra yo interior.

Me ha impresionado mucho la leyenda de la “huesera”, cuya única tarea consiste en viajar por todos los lugares del mundo en busca de huesos. Huesos de lobo. Cuando posee todo el esqueleto completo, canta sobre ellos, y éstos recobran vida. Y este espíritu de lobo resucitado, adquiere la apariencia final de mujer.

Y el modo en que describe lo que significa “cantar”. Es utilizar la voz del alma. Me vienen a la memoria, las canciones de cuna de las mamas que con sus voces tratan de acallar la intranquilidad de los pequeños. Desde el principio de nuestras vidas, la canción de personas cercanas nos ha rodeado. Cantar es “decir la verdad acerca del propio poder”…”infundir alma a lo que está enfermo o necesita recuperarse”.

La leyenda sigue dándonos claves para el autoconocimiento. “Todas iniciamos nuestra andadura como un saco de huesos perdido en algún lugar del desierto, un esqueleto desmontado oculto bajo la arena. Nuestra misión es recuperar las distintas piezas...Hay que buscar mucho…La Loba nos enseña lo que tenemos que buscar, la fuerza indestructible de la vida de los huesos” Hechos de un material muy difícil de destruir, ni si quiere con fuego.

Continúa la autora con otras leyendas populares del lugar donde reside, el desierto cercano a Méjico. Allí se habla del arquetipo de la vieja, La Que Sabe. De ella han nacido las mujeres. De una grieta de la planta de su pie. El miembro del cuerpo que todo lo siente. De ahí que las mujeres tengan tanta sabiduría. Todas las mujeres, poseen algo de esta (La Que Sabe), que la ha creado. Todo ello me recuerda a aquellos postulados de nuestra fe, a partir de la cual, creemos que somos reflejos de nuestro Creador. Que podemos llegar a conocerle y amarle porque dentro de nosotros hay algo de EL. Como el castillo de cristal del que nos habla la Santa. Con muchas moradas. Y en el centro, en la más principal de ella, está nuestro Dios. Recuerdo tambien en estos argumentos, los artículos de algunas autoras y teólogas que hablan del Dios-mujer, y que para nada supone para mí un conflicto espiritual.

Después nos advierte del peligro de acceder a este rincón nuestro de conocimiento, sin la suficiente preparación y humildad. Porque en este lugar (ese Rio bajo el rio, lugar en el que se encuentra toda la sabiduría, y nuestras raices más profundas de anhelo de Dios, de búsqueda de la verdad y de sentido, nos encontramos con una aparente delicia que nos cautiva, y nos puede hacer olvidarnos de la realidad en la que vivimos. Mucho menos atractiva. Pero esta tierra de conocimiento, es un paso para luego, renovadas, volver a nuestra vida diaria fortalecidas y llenas. Nos lo muestra con la leyenda de los Cuatro Rabinos.

Me recuerdan estas palabras a aquellos momentos de retiro, o ejercicios, en los que nos apetece quedarnos eternamente en estos lugares. Ajenos a toda preocupación, estrés, dificultades…Estos momentos, son reales e intensos. Pero nos debe servir de fortalecedor para nuestra vida diaria. No de evasión. Y luego tras…”encontrar el camino de lo que Jung llama obligación moral de vivir y manifestar lo que uno ha aprendido en el descenso y el ascenso al Yo salvaje”.Esta obligación moral consiste un vivir aquello que percibimos.”

“Nuestra tarea es mostrar qué se nos ha infundido en esta tierra de conocimiento. Y luego, mostrarlo, repartirlo y cantarlo”. Estas palabras me inspiran de la misma manera mi obligación como mujer creyente en el Evangelio y conocedora de lo intenso que puede llegar a ser el amor del Señor al ser humano.

La autora contempla un paralelismo entre el arquetipo de la loba y otros mitos universales de la resurrección. Símbolos al fin y al cabo de nacimiento de vida, a partir de algo inerte. Nuestra tarea – nos dice- será conjugar aquellos aspectos muertos que existen en nuestra vida y re-crearlos.

La Diosa de la vida, también es Diosa de la muerte. De la misma forma que se nos advierte en los Evangelios, que “el trigo debe morir primero, para poder convertirse en alimento”, se hace necesario eliminar de nosotras aquellos aspectos muertos. Debemos decidir, qué cosa de nosotras debe morir y qué cosa debe vivir. Esas decisiones no siempre serán fáciles ni exentas de dolor. Prosigue la autora diciendo que en todas las almas hace falta un arreglo. Algo que se desprende…que se desconcha…que se despinta…Y es en nuestro interior, donde reside esa vieja huesera que recoge nuestros huesos rotos y muertos. Huesos del alma de ese yo salvaje, (a veces desorientado por los ruidos del exterior), …Nuestra misión, es desempeñar esa misma tarea de la vieja huesera, que recoge lo muerto, se sienta junto al fuego con ellos, y decide qué canción cantar para a través de su canto, recobren la vida.

Este capítulo puede ser una buena lectura de introducción a algunos ejercicios o periodos de encuentro con el Señor, en el que nos pongamos frente a El, y tratemos en su presencia de ahondar en nuestras profundidades. Recuero también unas palabras de Victoria Mollins y Mercé Basté en un folleto escrito hace algunos años, que trataba sobre “El Camino Teresiano” y concretamente desarrollaba unos postulados sobre el modo de ser laico/a teresiano/a en el mundo de hoy. En un apartado dedicado exclusivamente a la oración y a la importancia del encuentro con Él, las autoras nos recuerdan “Este es el camino de la oración. Es la primera gran opción que hemos de hacer. Yo os invitaría a hacer esta opción con ilusión y sin desánimo, porque os digo con sinceridad, en vuestro interior podéis encontrar cosas maravillosas” y me acojo igualmente, ahora a las palabras leídas hace unos instantes en el Boletin stj de Agosto, en el que en su pg. 5, se nos recomienda a: “Remar mar adentro”, que nos es otra cosa que ahondar, mojarse en nuestro interior, complicarse la vida aún más, a sabiendas que corremos el riesgo de no saber qué vamos a encontrarnos en estas profundidades de nuestro abismo. Y continua el boletín algunas paginas más adelante….para luego, volver a salir a la superficie y mostrar toda aquellos que hemos sentido y experimentado, porque es en la vida cotidiana, donde “nos jugamos la calidad evangélica de nuestro seguimiento de Jesús”.

Gracias por crear este espacio de encuentro. Un abrazo fuerte desde Sevilla. MJ Rosillo. Agosto 2008.

Contar historias...

No sé ni por qué escribo exactamente, pero creo que no importa mucho, quizá el reencuentro con este libro[i] y la necesidad de contar historias nuestras.

No me es difícil reconocer en mi esas luchas constantes entre esa persona que soy, cuando consciente de la identidad que se me regala en cada encuentro, decido incorporar o rechazar lo que recibo, decido entonces ser precisamente “esta mujer”; y aquella otra, en la que me convierto cuando no soy consciente de esos encuentros y me dejo formar por ellos casi sin darme cuenta. Una la que se va haciendo con la corriente y la otra que escucha el canto de la vida que siempre desordena esquemas. Una que se aferra a historias propias, pero muertas; la otra que se atreve a contarlas nuevas.

Pinkola se llama a sí misma “cantadora” (contadora de historias, de cuentos que despiertan y evocan a la mujer salvaje), yo apenas cuento la mía y contarla con el arte del perdón y resurrección va siendo camino de libertad. Claro que el texto me evoca a Ezequiel con aquel montón de huesos, músculos y pedazos que sólo con el Espíritu pueden renacer, me gusta más el relato de la loba, tal vez por el canto, y lo femenino, me recuerda la confusión de la resurrección, la terquedad de la vida, me recuerda tantas historias rotas, de muerte, de esas que no queremos contar pero que es necesario, para que un día entendamos que ya todo ha pasado, que podemos contarlas de otra forma, que esos huesos saben escuchar el canto de su vida. Aunque parece imposible después de tanto desgarre, se cubren de carne, entonces vuelven a sentir, a dar un sollozo que atrapa la vida de nuevo, arrebata al olvido la propia historia de amor que todas tenemos mezclada con el dolor de estos tiempos.

¿Cuándo pasa esto? ¿Cómo podemos recuperar la vida y dejar la parálisis después de estar ya en el sepulcro? ¡Cantándonos unas a otras! Esa ha sido mi experiencia con las mujeres con las que he compartido la vida estos dos últimos años en la Huasteca, no es buscando en el pasado memorias para curarlas, a fin de cuentas la memoria es selectiva y siempre interpreta, si la forzamos nunca estamos seguras de que la historia que contamos de nosotras mismas sea parecida a lo que sucedió, a lo más que podemos aspirar es a la interpretación que entonces o ahora hacemos de las emociones que guardamos acerca de esos hechos. Aunque nos esforcemos mucho tal vez nuestros huesos seguirán muertos al volver del pasado. Tampoco es en las teorías liberadoras (aunque ayudan mucho) donde se ensaya el canto de nuestro despertar, porque el peso cultural vence muchas veces las ideas. He caminado al lado de mujeres a veces soportando años de abuso, sin poder contar la propia historia si no es como víctimas llenas de dolor y a veces de deseos de venganza, mujeres que “estudiosas” no podemos liberarnos fácilmente de la violencia. Es ahí donde he visto a la loba, la que despierta, la he visto en ellas y en mi, en Teresa, reunidas, contando en la noche nuestra historia, recibiéndonos con amor unas a otras, contándola una y otra vez, hasta que nos gusta, hasta que todo encaja, hasta que se nos llena la carne de vida, se teje una sonrisa y comenzamos a movernos poco a poco como queremos, como nos gusta.

Cantarnos nuestra canción, contar nuestra historia, por fin desde el descanso de no tener que cobrar a nadie, desde el lugar del perdón, desde el lugar que nos permite respirar de nuevo.

Ser teresiana, es para mi, contar como Teresa la propia historia, mirar a otras mujeres con ojos que regalen identidades nuevas y positivas, para que cada una encuentre su propia manera de contar su historia, supone paciencia, horas de encuentro, abrazar el dolor que da la invisibilidad de la violencia, supone valentía de reconocer los huesos secos, nuestras preguntas no resueltas, nuestra cobardía, los huesos que se han perdido y que a veces solo los puede recuperar otra persona. Supone creer en la ternura de nuestra piel y en la bravura de nuestro ser que no puede conformarse con ser a medias.

Termino compartiendo un poco de estas luchas como mejor siento hacerlo… deseo que alguna de esas palabras sea la primera nota para que alguien cante su propia canción después de la parálisis o de la muerte, o de letargo de los días ordenados y la tendencia de acomodarnos sin querer a los condicionamientos de aceptación que nos restan vida.


QUE GANAS

(días de enojo, de cansancio)

Qué ganas de parar

de dejar de jugar a tener sitio

y al tenerlo mejorar un poco si es posible.

Jugar fingiendo que no juego

disfrazándolo de reino

de liberación del pueblo.

Jugar escondiendo mis deseos,

mis ocultos intereses

mi aguijón de poder

mis aguas sucias malolientes.

Juego maldito que juzgas y censuras

lo que pequeño surge del silencio,

lo que suave sopla,

lo que débil ama,

siempre juzgas,

por eso matas la semilla,

matas lo que queda de esperanza.

Juego que no acabas

si no has de terminar

al menos vamos a jugar

cartas abiertas

o déjame escapar

con el dulce sabor de esta derrota,

déjame escapar

a vivir con pantalones y camisa roja,

sentarme a platicar,

llegar tarde a dormir la siesta,

déjame escapar quedar la última,

no cantar tan bien,

no saberlo hacer,

irme a dormir,

déjame gozar sin más la vida,

una verdadera vida,

quiero hasta el final saber decir

dónde está mi hermano…

ni Caín ni Abel,

no quiero asesina matar sueños

con un poderoso resentimiento.


SI ES TU ESÍRITU

Voy corriendo a donde no quiero,

sudo sudores sin gota de deseo,

trago sin sabor el aire seco,

¡pienso que vivo!

Hago con mis sueños un canto

lleno de anhelos y pasiones,

que se queda viejo

preso de deberes y tensiones.

Hasta los versos se alinean,

los gritos se entonan,

pero mi cuerpo explota en rebeldía

pierdo el poder, la armonía.

Sabia sabiduría que me habitas,

viento sin fronteras que me rompes,

y no dejas que mi cuerpo se acomode

ni a mis lágrimas quedarse en el recuerdo.

Débil fortaleza me haces frágil,

frágil pero libre de este peso,

frágil cuando es más posible

que me deje amar,

que lo de todo por un beso.

Prefiero ser tallo verde

que al romperse da su savia,

que tronco que en su fuerza

se derrumba por el peso de su espalda.

Prefiero enferma saborear el miedo,

deshacer mi vida y mis proyectos,

si eres Tú,

si es tu aliento

que lo hace todo nuevo.

Prefiero ser amante amada,

saborear la madrugada,

sin días tranquilos,

sin madurez centrada,

prefiero servir, vivir,

¡creer en mis labios y mis brazos

que con lágrimas cabalgan!


HASTA AQUÍ

Hasta aquí

desde todos los caminos

enfermos, curados…

rota, desgarrada y amada.

Hasta aquí,

indiscreta, desordenada,

de manos amantes

y esos besos.

Lo perdido

estaba constantemente

renaciendo,

inventando,

imposibles senderos.

Amarrada al terrible cuento,

sin nombrar, sin mirar, sin tocar,

matando y muriendo…

Pero, hasta aquí

vuelvo, camino, abro,

impresionada suelto,

ya respiro más lento,

sin culpa por el aire,

por el deseo revuelto.

Hasta aquí

te siento,

te digo, ya con otro nombre,

te amo, ya,

camino lento,

sonrío,

me veo tocar

rozar la vida,

hablar de fuego,

ganar y perder,

por decir,

por la danza,

por tu promesa de amar

así, como me hiciste,

como tejiste extrañamente,

cuerdas, hilos,

como tensaste,

como amarraste,

como uniste y trozaste…

como ideaste la trama…

Así con mil matices,

sin atención a mis definiciones,

las del miedo y del descanso,

las de los muertos.

Hasta aquí

tu arte simple

crea de nuevo.

Mónica Robledo Bucio


[i] Del libro de Pinkola Estés leeremos la "INTRODUCCIÓN" y el capítulo 1, "EL AULLIDO- LA RESURRECCIÓN DE LA MUJER SALVAJE".

sábado, 2 de agosto de 2008

MULHERES QUE CORREM COM LOBOS

Ao fazer a leitura desse livro tive uma senção de alegria e de Esperança,pois, conforme a autora, podemos recuperar nossa identidade original, os sentimentos mais profundos que com o passasr do tempo foram sendo transformados, silênciados para agradar a terceiros e cumprir papéis pré estabelecidos, que definem o homem e a mulher a viverem de forma artificial seus sentimentos.


A comparação que a autora faz da mulher saudável com os lobos saúdaveis é interessantíssimo, são dotados de grande resistencia e força, profundamente intuitivos, determinação feroz e extrema coragem. São caractéristicas que, como mulheres , fomos perdendo, comparando com Teresa em seu Castelo Interior, ficamos dando volta no castelo, sem conseguir chegar em seu interior no Centro a onde perdemos de desfrutar do belo do nossos sentimentos mais profundos e selvagens. Mais a mulher Selvagem que parece adormecida, ás vezes até morta volta a renascer das cinzas como a fenix e volta a agir a encontrar consigo mesmo e com sua dimensão mais profunda tomando conciência de seu poder e beleza interiores. E ao acordar, segundo a autora, reafirmam seu relacionamento com a natureza selvagem, elas recebem o Dom de viver uma vida natural, uma vida em que a criatura tenha uma integridade inata e limites saudáveis, onde buscam o conhecimento da alma do logos. Sem ela, as mulheres não têm ouvidos para ouvir para o discurso da sua alma ou para registrar á medida de seus próprios ritmos interiores. Sintome chamda a buscar em mim e reacender , no mais profundo de meu ser, essa mulher que dorme profundamente o sono de ser silenciada podada, enfraquecida, rotulada de perigosa, de insensata e de outros depreciativos.


Creio que a leitura desse livro e a partilha com vocês poderão me ajudar a buscar mecanismo que me ajudem a despertar a mulher selvagem que existe dentro de mim. E na Esperança que ela renascerá das cinzas de tal forma que intuitivamente saberá que um dia haverá uma saída, uma abertura, uma oportunidade e Ela poderá escapar e ser ela mesma uma mulher saudável, proporcionadora de uma nova forma de convivência, mais profunda e mais integrada com o Eu.


Abraço a todas(os) Goreth Ribeiro

EN MEMORIA DE ELLA

Olá! me sinto feliz por poder partilhar com vocês meus sonhos minhas reflexões, desde minha realidade de mulher, na America Latina, no Brasil.
Do livro de Elizabeth Fiorenza en Memoria de Ella.
Não sendo uma estudiosa bíblica (exegeta), achei a leitura um pouco difícil por que usa muitos termos desconhecidos para mim. Ainda não consegui o livro em português isso talvez me dificulte a interpretação, mas espero estar contribuíndo com minha reflexão. Os sentimentos que me ocorreram ao ler este livro foram antâgonicos de alegria e de tristeza. Alegria por saber que temos a possibilidade de aprender a fazer uma leitura crítica e levantar suspeita dos textos bíblicos que nos foram passados como verdades absolutas de uma cultura patriarcal e androcentica, a onde a bíblia tem sido um instrumento central para estabelecer e reforçar o exercício do poder patriarcal.
Ler a bíblia a partir de uma pespectiva feminista desafia-me a buscar a promoção e a dignidade da mulher em todos os âmbitos da sociedade e a trabalhar os textos bíblicos que explicitam o papel antâgonico das mulheres , viabilizando novas abordagens para as mulheres da America Latina, que, além de serem oprimidas por serem mulheres, são triplicamente exploradas por serem mulheres, pobres e negras.
A leitura popular feminista da bíblia , nós ajuda na abordagem que se movimenta entre a Bíblia e a Vida. È a partir desssa nossa resistência, do nosso cotidiano e junto com as mulheres que se dessafiam e nós desafiam, queremos exercitar uma nova teologia com umametodologia dialética crítica e suspeita que são sinais da paixão pela Vida, da busca do alternativo, da solidariedade e da criatividade de uma realidade altamente patriarcal, que nos silenciou por um longo período.
Como mulheres somos chamadas a apreender, a interpretar e reinterpretar e isso não é um trabalho só de intelectuais. Os povos (mulheres) oprimidos (os) são chamadas a encontrar alternativas a partir da interpretação bíblica, temos que aprender a interpretar e reiterpretar, para repensar nossas vidas, nossa história e as formas de convivência que nos foram impostas. Porque nascemos em um mundo "criado" por homens. Onde se queremos viver somos obrigadas a assumir o masculino pois, os homens crêem que têm direito de agredir as mulheres sem questionar minimamente. ser uma mulher independente e autônama e sujeita de sua história é perigoso, poder se rebelar contra a submissão, é um abuso e se pode pagar com a morte.
A interpretação bíblica hermenêutica, segundo Elizabeth Fioreza, deve incorporar uma crítica cultural como uma crítica teológica das escrituras. E são essas as possibilidades de uma nova releitura, onde a mulher se torne sujeito de fato e de direito de participar da luta da libertação da mulher e que a bíblia seja um instrumento a favor dessa história.
"O silêncio em que muitas mulheres são submetidas em meu País é o grito que, em nome de Deus, deve sair de nosssas bocas"
Um abraço a todas (os)e sempre unidas na busca de um mundo mais justo e fraterno para todos homens e mulheres. goreth ribeiro

viernes, 1 de agosto de 2008

"La mujer salvaje es la SALUD de todas las mujeres"


Confieso que me siento pequeña para comentar algo tan profundo como es el libro “Mujeres que corren con lobos”, de Clarissa Pinkola. Siento que en este libro hay mucho más de lo que mi vista puede leer e mi mente y mi corazón captar. Necesito tiempo para asimilar, profundizar y permitir que se den los cambios en mi. La lectura es una invitación a seguir adentrando en las moradas del Castillo, pues el encuentro con la mujer salvaje necesita hondura, más allá de lo aparente e de lo superficial.

Para mi, esta es una lectura con poder revolucionario, pues encontrarse con la fuerza de la mujer salvaje es asumir con pasión y ardor el curso de la vida y no permitir que otros nos digan lo que y como debemos vivir. Despertó en mí el deseo de conocer la mujer salvaje que me habita e desentrañar toda su fuerza.

Mientras adentrava en las ideas y en los conceptos de la autora tenia presente el rostro de mujeres que son parte de mi: mi madre, mis abuelas, mis hermanas carnales y mis hermanas de la Compañía, aquellas con quien me relaciono con mas cercanía, pero también aquellas con quien apenas me relaciono. Rostros de mujeres con quien trabaje en las escuelas e a quien dedique mi tiempo e mi apostolado. Rostros de mujeres pobres, especialmente de la favela de Rio de Janeiro. Estuvo presente Teresa de Jesús y otras mujeres cuyas vidas llegaran hasta mi a través del testimonio de otros. Mis amigas que son como un espejo donde puedo ver reflejada mi imagen … Son muchas mujeres… e cada una tan singular…
Me imagine en este círculo de mujeres haciendo juntas un movimiento con el objetivo de ayudarnos en el rescate de la mujer salvaje que hay en cada una de nosotras. Al mismo tiempo que idealizaba esto, me preguntaba: Estamos dispuestas a asumir las consecuencias de nuestra salvajería? Y aquí es importante remeternos al sentido de salvaje que la autora nos propone que significa vivir una existencia natural, en la que la criatura posee una integridad innata y unos limites saludables. Ella nos dice que la naturaleza salvaje posee una enorme integridad.

Podemos imaginar lo que seria de este mundo hecho de mujeres integradas en su propio ser, viviendo en la libertad de su verdad mas honda?

La autora unió las palabras mujer y salvaje pues para ella, las dos son intuitivas, apasionadas, indomables. La fuerza que habita en la mujer salvaje es una fuerza peligrosa para el status quo.
Para mantener las cosas como están, es importante que la mujer salvaje este adormecida.

Pregunto a mi y a todas? Queremos despertar? Que supone, de verdad, para cada una de nosotras, encontrarnos con la mujer salvaje que nos habita? Quizás alguna o algunas podrán relatar sus experiencias y otras podremos animarnos para también hacer el proceso.

Uno de los símbolos que la autora utiliza es el saco de huesos perdido en el algún lugar del desierto. Esta imagen de los huesos me reporta al texto bíblico de Ezequiel 37. En el cuento, la loba canta sobre los huesos para devolverles la vida. En el texto bíblico es el soplo del Espirito que les hace volver a la vida. Cantar y soplar, dos acciones de nuestro cotidiano que tienen el poder de devolver el alma a lo que esta, aparentemente sin vida. El texto de Ezequiel nos dice que con el soplo, el Espirito penetró en los cuerpos y ellos revivieron, poniéndose todos de pie. Y termina diciendo: Era un ejército inmenso.

Creo, mis queridas y mi querido, que nosotras mujeres, también nos convertiremos en un gran y valiente ejército (aunque no me gusta desta palabra, pues trae consigo imagenes no muy sanas) si dejemos que la mujer salvaje que nos habita, despierte.
Termino mi aporte con una frase de Pinkola que es la misma frase que puso en el titulo: “La mujer salvaje es la salud de todas las mujeres”. Vayamos en busca de nuestra salud y de la salud de todas nuestras compañeras…