viernes, 1 de agosto de 2008

"La mujer salvaje es la SALUD de todas las mujeres"


Confieso que me siento pequeña para comentar algo tan profundo como es el libro “Mujeres que corren con lobos”, de Clarissa Pinkola. Siento que en este libro hay mucho más de lo que mi vista puede leer e mi mente y mi corazón captar. Necesito tiempo para asimilar, profundizar y permitir que se den los cambios en mi. La lectura es una invitación a seguir adentrando en las moradas del Castillo, pues el encuentro con la mujer salvaje necesita hondura, más allá de lo aparente e de lo superficial.

Para mi, esta es una lectura con poder revolucionario, pues encontrarse con la fuerza de la mujer salvaje es asumir con pasión y ardor el curso de la vida y no permitir que otros nos digan lo que y como debemos vivir. Despertó en mí el deseo de conocer la mujer salvaje que me habita e desentrañar toda su fuerza.

Mientras adentrava en las ideas y en los conceptos de la autora tenia presente el rostro de mujeres que son parte de mi: mi madre, mis abuelas, mis hermanas carnales y mis hermanas de la Compañía, aquellas con quien me relaciono con mas cercanía, pero también aquellas con quien apenas me relaciono. Rostros de mujeres con quien trabaje en las escuelas e a quien dedique mi tiempo e mi apostolado. Rostros de mujeres pobres, especialmente de la favela de Rio de Janeiro. Estuvo presente Teresa de Jesús y otras mujeres cuyas vidas llegaran hasta mi a través del testimonio de otros. Mis amigas que son como un espejo donde puedo ver reflejada mi imagen … Son muchas mujeres… e cada una tan singular…
Me imagine en este círculo de mujeres haciendo juntas un movimiento con el objetivo de ayudarnos en el rescate de la mujer salvaje que hay en cada una de nosotras. Al mismo tiempo que idealizaba esto, me preguntaba: Estamos dispuestas a asumir las consecuencias de nuestra salvajería? Y aquí es importante remeternos al sentido de salvaje que la autora nos propone que significa vivir una existencia natural, en la que la criatura posee una integridad innata y unos limites saludables. Ella nos dice que la naturaleza salvaje posee una enorme integridad.

Podemos imaginar lo que seria de este mundo hecho de mujeres integradas en su propio ser, viviendo en la libertad de su verdad mas honda?

La autora unió las palabras mujer y salvaje pues para ella, las dos son intuitivas, apasionadas, indomables. La fuerza que habita en la mujer salvaje es una fuerza peligrosa para el status quo.
Para mantener las cosas como están, es importante que la mujer salvaje este adormecida.

Pregunto a mi y a todas? Queremos despertar? Que supone, de verdad, para cada una de nosotras, encontrarnos con la mujer salvaje que nos habita? Quizás alguna o algunas podrán relatar sus experiencias y otras podremos animarnos para también hacer el proceso.

Uno de los símbolos que la autora utiliza es el saco de huesos perdido en el algún lugar del desierto. Esta imagen de los huesos me reporta al texto bíblico de Ezequiel 37. En el cuento, la loba canta sobre los huesos para devolverles la vida. En el texto bíblico es el soplo del Espirito que les hace volver a la vida. Cantar y soplar, dos acciones de nuestro cotidiano que tienen el poder de devolver el alma a lo que esta, aparentemente sin vida. El texto de Ezequiel nos dice que con el soplo, el Espirito penetró en los cuerpos y ellos revivieron, poniéndose todos de pie. Y termina diciendo: Era un ejército inmenso.

Creo, mis queridas y mi querido, que nosotras mujeres, también nos convertiremos en un gran y valiente ejército (aunque no me gusta desta palabra, pues trae consigo imagenes no muy sanas) si dejemos que la mujer salvaje que nos habita, despierte.
Termino mi aporte con una frase de Pinkola que es la misma frase que puso en el titulo: “La mujer salvaje es la salud de todas las mujeres”. Vayamos en busca de nuestra salud y de la salud de todas nuestras compañeras…

2 comentarios:

Nancy Olaya Monsalve dijo...

¡Querida Cristina!!! Qué alegría leerte. Mmmm me resonó eso que dices sobre el sentimiento de sororidad que despierta el libro de Pinkola en nosotras. Yo también me siento unida no sólo con las que tengo un vínculo de sangre, sino con todas con quienes comparto mi identidad femenina y salvaje. Estoy dispuesta y quiero ser consecuente con este espacio de reflexión. ayudémonos en ello. Un abrazo.

MJ Rosillo dijo...

Gracias por tu aportacion. me ha gustado especialmente eso que dices de que "encontrarse con la fuerza salvaje es asumir con pasión el curso de la vida, y no permitir que otros nos digan lo que y como debemos vivir". cuantas veces nos hemos podido sentir así de "atrapadas". Me ha planteado eso mismo de si estaríamos a no dispuestas a ese reto de encontrarnos con nuestra salvajería como tu lo llamas. Desde luego el mundo no sería lo mismo, si todas las mujeres, conscientes de esa dimension suya, dijeran "aquí estamos"!. Pero me gustaría verlo algun dia la verdad. Un abrazo desde Sevilla. MJ Rosillo.