jueves, 16 de octubre de 2008

¿Cómo desarrollar y potenciar tu fuerza de mujer?


"En un solo ser humano hay muchos otros seres...
Nuestra tarea no es corromper su belleza natural sino construir para todos una campiña salvaje en la que los ARTISTAS que haya entre ellos puedan crear sus obras, los AMANTES puedan amar y los SANADORES puedan sanar
".

No puede una leer este cuento sin sentirse profundamente afectada. Son muchos los aspectos que podría comentarles, pero voy a fijar mi atención en uno de ellos.

Según Pinkola Estés, otros seres dentro de nosotras "
siembran destrucción". Desde una antropología dualista la tentación será tratar de arrancar esa parte oscura de mi. Pero al igual que la autora, estoy convencida de que debo acoger-ME toda. Trigo y cizaña me habitan, vida y muerte, luz y sombra, fuerza y debilidad, jardín y desierto son parte de mi, y por lo tanto, no puedo arrancarlos sin que mi ser se deteriore o pierda vigor ¿cómo?

Ese es el tema central de cuento ¿Cómo relacionarme con esa dimensión de mi ser? Ella le llama depredador de sueños, ladrón de tesoros, secuestrador de la niña-joven, asesino de la naturaleza instintiva de la mujer y del varón, etc.

Lo interesante, por lo menos para mi, es que esta estructura o este arquetipo figura en el pensamiento bíblico y en el de la Santa. El autor bíblico le compara con una serpiente (Génesis 3) y Teresa le llama ladrón (CV 10, 1; 14, 3; 21, 5; CE 14,1; 20,1).
Existen otros relatos que representan de distintas formas este dinamismo o faceta femenina (y masculina): "El Lobo" en Caperucita Roja, "Hades" en el mito de la diosa Perséfone, o inclusive, la narración bíblica en la que dos mujeres son despertadas por Jesús, la hija de Jairo y la hemorroísa en Marcos 5, 21-43. Todos ellos como "Barba Azul" invitan a desarrollar la capacidad de reconocer el depredador, neutralizarlo y utilizar su gran fuerza. La pregunta es la misma ¿cómo?

Pinkola Estés nos dice que el depredador predispone a una mujer a no actuar, sino a dejarse actuar en función de los demás, a ser complaciente y pasiva, aún cuando debe defenderse y exigir distancia. Cuando la mujer es tomada por este "aspecto asesino de su psique", no sabe quien es y no es consciente de sus deseos y de sus fuerzas. Lo es todo para los demás, particularmente para el varón. A este tipo de mujeres, el matrimonio es algo que le "sucede" no que ella hace suceder. Queda como "secuestrada" y sede ante la persona más fuerte, dejándose convertir en una esposa joven, indefensa y cautiva, a pesar suyo.

Nuestra autora nos da una pista: "Hay que tener una llave... ella representa el permiso para conocer los más profundos y oscuros secretos de la psique, en este caso, eso que degrada y destruye estúpidamente el potencial de una mujer... La llave simboliza siempre la entrada a un misterio o un conocimiento". El efecto de la llave lo produce la capacidad de hacernos o hacer una pregunta apropiada que nos DESPIERTE y desarrolle consciencia de nosotras mismas. Por lo tanto estas preguntas se tienen que formular pero también se tienen que responder valientemente.

Aunque parezca una mala noticia, este cuento trae un mensaje importante y esperanzador para las mujeres (y los hombres). Porque cuando somos capaces de enfrentarnos a nuestra "peor tierra" (son todas imágenes de Pinkola) nuestro poder se acrecienta: "No teme la oscuridad... los despojos, los desechos, la sangre, los huesos fríos, los esposos asesinos... puede resistirlo todo... es lo que está APRENDIENDO la hermana menor del cuento". Está aprendiendo a enfrentar la vida por sí misma y cuidar de sí. De victima de un secuestro se convierte en dueña de las zonas más profundas de su psique. ¿Han leído el mito de PERSÉFONE? Se los recomiendo.

Voy a terminar mi compartir, escribiéndoles un pedacito de este arquetipo de mujer llamado PERSÉFONE:

"Una vez que la mujer Perséfone desciende al interior de sus propias profundidades... no teme volver a examinar de nuevo la experiencia. Si puede transmitir lo que ha aprendido a través de ellas, puede convertirse en una guía para los demás. Una mujer Perséfone que ha estado en el mundo subterráneo y ha vuelto, también puede ser una terapeuta guía con capacidad para conectar a otras personas con sus propias profundidades, guiándolas a encontrar el significado y la comprensión de lo que encuentran en ellas".

De Jean Shinoda Bolen en: "LAS DIOSAS DE CADA MUJER, Una nueva psicología femenina".

NANCY OLAYA

5 comentarios:

Panambi dijo...

Hola Nancy:

Gracias por tu compartir, sintonizo totalmente con lo dicho. Ya el título es bastante sugerente: “¿Cómo desarrollar y potenciar tu fuerza de mujer?”.

Se trata, pues, de cultivar lo positivo, lo que nos armoniza, lo que nos hace crecer. Al enfatizar lo que integra a la persona se propician las posibilidades de ir debilitando todo aquello que siembra destrucción. Y ciertamente, cuán grande es la tentación de arrancar de entrada la cizaña (o lo que creemos ser cizaña). Las repercusiones y consecuencias en el ámbito psicológico, moral, espiritual… son innumerables, y lastimosamente no siempre edificantes.

Señalas que la clave está en aprender a relacionarnos con las diferentes dimensiones de nuestro ser, sin negarlas ni minusvalorarlas. Reconoces que el arquetipo psicológico está también presente, de algún modo, el los cuentos clásicos, en los relatos bíblicos y en los escritos teresianos.

Me parece sugerente lo que dices sobre el “dejarse secuestrar”; es decir, dejar que las cosas “me” sucedan, y no hacerlas “acontecer”, porque no se ha tenido la “llave” para poder hacerlo.

Comparto aquello de que solamente la persona que posee un ánimo esperanzador (visión optimista y realista de la vida), que se ha sumergido en el mundo subterráneo y salido liberado de él, es capaz de convertirse en una guía para los demás.

Teresa del Pilar

Nancy Olaya Monsalve dijo...

Ciertamente Teresa, tenemos que hacer un camino largo y a veces oscuro hasta poder integrar nuestras dimensiones psiclógicas.

Para ello debemos perseguir y hacer que vayan sucediendo lo que queremos que suceda. Todo ello, en clave de fe, es decir, abiertas a la acción liberadora de Dios en nosotras.

Gracias por tu rico comentario. Un abrazo.

Panambi dijo...

Hola Nancy, de nuevo:

Sí, para nosotras el tema de la fe es una de las dimensiones fundamentales. Pero creo que hay mucho que purificar en la concepción que tenemos ella. Este es un punto donde hay harto que hacer en el ámbito eclesial.

Olvidaba decirte que me gustan mucho las imágenes que subes, son inspiradoras y sugerentes.

Saludos. Teresa del Pilar

Nancy Olaya Monsalve dijo...

Tengo una carpeta grande con imágenes de mujeres de ese estilo y otros. Cuando quieras te las comparto.

Panambi dijo...

Ok, muchas gracias, lo tendré en cuenta.

Saludos. Teresa