domingo, 20 de julio de 2008

Encuentro Liberador

El encuentro con esta literatura me ha gustado muchísimo, me ha ayudado a despertar mi ser de mujer; me ha dado elementos para hacer una mirada introspectiva de mí misma de cara al proceso liberador que estamos llamadas a vivir y que debe comenzar en primer, lugar por cada una.

Desde la lectura del libro:”En Memoria de Ella” de Elisabeth Schüssler Fiorenza, se puedo concluir que la Biblia ha sido interpretada androcéntrica y Patriarcalmente a lo largo de la historia, lo que ha contribuido a marginar a la mujer, invisibilizando la opción que Jesús hizo por las mujeres de su tiempo y por los excluidos de su época.

Jesús desde su compromiso por la humanidad instauro el discipulado de iguales: el hombre y la mujer siguiendo al Maestro y anunciando la Buena Nueva para todos y todas sin ninguna discriminación, pero desde una concepción patriarcal de la Biblia y porque no decirlo, de la Tradición se ha silenciado el lugar que ocuparon las mujeres en el grupo de Jesús, y hoy en nuestro compromiso por el Reino, nos “toca” hacer memoria de esas mujeres invisibilizadas, que estuvieron ahí en “espíritu y verdad” y hoy son testimonio para todas nosotras que seguimos a Jesús, que nos invita a liberarnos y optar por la vida.

El encuentro con este libro nos plantea a nivel personal y desde nuestras comunidades inmediatas hacer una relectura de la Biblia en clave feminista, rescatando la invitación a la liberación “para la mujer y desde la mujer”

La liberación de la mujer la hacemos desde la óptica del Espíritu que es quien ilumina las actitudes liberadoras, equitativas que respetan la dignidad de las personas en Coherencia a la Buena Nueva anunciada por Jesús, desde ahí, replantear una hermenéutica que privilegie la óptica de la mujer y una exégesis que clarifique las situaciones del texto y del contexto.


El libro “Mujeres que corren con los lobos” de Clarissa Pinkola, me ha ayudado a hondar en esa clave Teresiana del “propio Conocimiento” a descubrir esa “mujer salvaje” que hay dentro de mí y que estoy llamada a descubrir a potenciar y a dejar salir… Esa “mujer salvaje” me lleva a reconstruir mi historia y a convertirla para mí misma y para los demás en esa historia de salvación que Jesús quiere.

Son muchos los “sentires” que se han despertado en mí la lectura, es el encuentro con mi ser de mujer “salvaje” que necesita y clama liberación, que lleva a ahondar a revitalizar esas zonas oscuras, donde es necesario “juntar esos huesos” y cantar sobre ellos, y dejar salir esa luz que me hace más humana, que me lleva a “gustar la vida” y a emplearla en lo que muestre, en lenguaje Teresiano, “la hermosura del Castillo” que soy yo misma habitada por Dios.

Como mujer salvaje, el decidirme entrar, es la invitación a encontrarme con mis “verdades más profundas” a mirarlas con compasión y valentía para convertirlas en el pozo donde pueda beber el Agua que da “Vida” para mí y para la humanidad.

La “mujer Salvaje” que hay en mí me conduce a contemplar mi historia, todo mi ser y redimir esos “huesos” que no parecen ya tener vida, es soplar sobre ellos y vivir en plenitud, desde mi intuición de mujer, de Teresiana que se entusiasma por vivir desde “abajo y desde dentro” y que tiene gestos de “libertad, compasión y gratuidad” para mí misma y para la humanidad.

2 comentarios:

Nancy Olaya Monsalve dijo...

Mary, gracias por la invitación que nos haces a colocar a la mujer y a las mujeres en el centro de nuestra lectura de la Biblia. Y desde Pinkola percibo que nos invitas a cantar sobre nuestros huesos: verdad profunda que está esperando salir a la luz. Me gustó mucho tu compartir.

MJ Rosillo dijo...

Me ha gustado mucho tu aportación y tu observación sobre ese comienzo liberador que está dentro de cada una de nosotras. Lo de la invisibilización me resulta también muy familiar. Ya tendremos ocasión de profundizar más en ello, porque te aseguro que volverá a salir en cualquier otra lectura. Y si algo es invisible, no existe. Comparto contigo esa necesidad de dejarse invitar por la mujer salvaje que todas llevamos dentro, a "adentrarnos en nuestras profundidades más ocultas" y desde ellas, volver a resurgir. Gracias de nuevo, y un abrazo desde Sevilla. Hasta pronto. MJ Rosillo