domingo, 6 de julio de 2008

"La gloria de Dios es la mujer y todas las mujeres plenamente vivas"


Hola todas y hola José. Voy a dejar mi comentario sobre la lectura de Clarissa Pinkola Estés. Luego colgaré el que se refiere a Elisabeth Schüssler Fiorenza.

La introducción que esta mujer hace a su obra: "LAS MUJERES QUE CORREN CON LOS LOBOS" me coloca en sintonía con esa máxima de San Ireneo: "La gloria de Dios es el ser humano plenamente vivo". Hoy no se duda que las mujeres seamos seres humanos (por lo menos teóricamente), en este sentido puedo decir que la gloria de Dios es la mujer, cada mujer y todas las mujeres ¡plenamente vivas!!! Pero me temo que aún la gloria de Dios está inconclusa o peor, deshonrada. "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo" es una frase que repetimos las/os católicas/os a menudo... ¿sé está haciendo carne e historia?

Pero también su introducción es uno de esos textos, que me conecta con mi bondad natural, honda y original. Hace unos meses reflexionando sobre una de las Líneas Maestras de la Propuesta Educativa Teresiana con otras mujeres, nos preguntábamos que encarna y representa para nosotras una espiritualidad "desde dentro y desde abajo". Nos dijimos entre otras cosas esto: "es lo sublime, lo sagrado, lo esencial. Mi centro. Mi ser autentico que sale al encuentro del otr@. Lugar en donde reside mi verdad más profunda. Lo instintivo, primario, salvaje, oscuro, entrañable, profundo, íntimo y ético. Todo lo que tiene que ver con el cuerpo, las pulsiones, los sentires y lo experiencial". Ellas y yo estamos leyendo a Pinkola y es posible que de alguna manera estamos influenciadas por ella. Pues bien, leyéndola conecté con todo ello, me dieron ganas de seguir viviendo con intensidad, de crecer en el conocimiento profundo de quien soy, de implicar-ME desde mi esencia femenina en todo, de desarrollar-ME toda yo en la medida de mis posibilidades. Total, tengo un Dios (una Dios/Ella) que lo desea, que está comprometido/a en mi propio proyecto ¿Qué me detiene?

Me encanta como plantea el DESPERTAR femenino: "Abrir los sentidos interiores para entender el habla del alma, percibir el sonido de los propios ritmos internos, recordar para que estamos en este mundo al lado de otras y otros, estar en el propio cuerpo con certeza y orgullo, hablar y actuar en nombre propio, levantarse con dignidad y conservar la mayor consciencia posible... etc". Elizabeth A. Johnson, teóloga feminista y hermana de la congregación de San José, dice en su libro LA QUE ES, que el DESPERTAR de las mujeres a su propia dignidad humana, puede ser interpretado como una experiencia de Dios y que ello es al mismo tiempo un nuevo acontecimiento en la historia religiosa de la humanidad. Yo tengo esa misma certeza y de cierta manera la estoy viviendo. Es algo así como un re-conocimiento de mi belleza y de mi fuerza, al tiempo que un deseo de solidarizarme con las demás mujeres, crear alianzas y caminar con otras.

Por otro lado, cuando leí el primer cuento: "La Loba", me atrajo muchísimo la imagen de la canción como una llamada a re-nacer. Conecté con Ezequiel 37, y en particular con un texto de Tolba Phanem (poeta africana) que se llama "La Canción de las Personas". Voy a transcribir una partecita: “Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de perjudicar a nadie. Tus amigos conocen 'tu canción' y la cantan cuando tú la olvidas. Aquellos que te aman no pueden ser engañados por los errores que cometes o las oscuras imágenes que muestras a los demás. Ellos recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu integridad cuando estás quebrado; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu propósito cuando estás confuso". Nos redime la relación profunda con la propia esencia o con nuestro yo más hondo. Efectivamente se trata de un renacimiento y una vinculación profunda con mi fuerza femenina.

Bien, podría comentarles más cosas, pero quiero dejar aquí. Entre todas podemos ir completando. Un abrazo lobuno para cada una y para José. NANCY OLAYA

7 comentarios:

RE stj dijo...

Hola Nancy:
Gracias por tu compartir..y me encantó la foto que pusiste, es sumamente sugestiva y atrayente. Por otro lado, el comentario que haces del despertar, me llevó a la Propuesta Educativa General, a la mística de la educación teresiana. Ese despertar de los sentidos profundos de nuestra naturaleza y de re-educarlos para que sean sensibles y finos a la Voz Interior que nos lleva a lo auténtico de una misma. Un beso
RE stj

Panambi dijo...

Hola Nancy:

Quisiera compartir mi resonancia sobre tu escrito.

Me pareció interesante la vinculación que haces de una espiritualidad "desde dentro” y “desde abajo” con lo que plantea Pinkola.

que una espiritualidad "desde dentro” y “desde abajo” representa lo sublime, lo sagrado, lo esencial. El centro. El ser auténtico que sale al encuentro del otr@. Lo instintivo, primario, salvaje, oscuro, entrañable, profundo, íntimo y ético. Todo lo que tiene que ver con el cuerpo, las pulsiones, los sentires y lo experiencial.

Y a continuación dices: “me dieron ganas de seguir viviendo con intensidad, de crecer en el conocimiento profundo de quién soy, de implicar-ME desde mi esencia femenina en todo…”.

Mi pregunta (resonancia) está formulada en relación a esta última afirmación, sobre todo en relación a la palabra “esencia femenina”.

Esa expresión me suscita una serie de interrogantes y de suspicacias que viene por el lado de la filosofía. La connotación que le ha dado y le sigue dando esta disciplina se sitúa en una línea eminentemente sospechosa, por cuanto que atribuye a la mujer una “naturaleza” o “esencia” ideologizada y politizada. Por “esencia” la mujer es de tal o cual manera, mientras, por “esencia”, el varón es de “x” o “h” manera, y se le atribuyen todas las prerrogativas que tienen relación con lo que más se valora en la sociedad, de cara el poder y la visibilidad social. Lo que sobra, Oh, qué casualidad, le corresponde a la mujer por “naturaleza”.

Y es esa “esencialización” del sexo la que me crea cierto recelo. Es más, no sé hasta qué punto estaría definida y clarificada una supuesta “esencia” masculina o femenina. Y si lo hubiera, ¿cuáles serían sus parámetros y su fuente?

Ahora bien, las palabras no son inocentes, esconden un modo de estructurar la realidad, y la palabra “esencia” está muy cargada históricamente por una significación que va en la línea androcéntrico-patriarcal. Y como si esto fuera poco, la esencia, desde la perspectiva filosófica, expresa todo lo contrario a lo que expresas “lo instintivo, primario, salvaje, entrañable, íntimo y ético. Todo lo que tiene que ver con el cuerpo, las pulsiones, los sentires y lo experiencial”. En general, la “esencia” para ella (filosofía) es principalmente algo abstracto, opuesto a lo concreto y vital.

Y sin afán de alargarme más… por aquí van mis inquietudes… En todo caso, lo podemos seguir pensando.

Un saludo a todas y a José.

Nancy Olaya Monsalve dijo...

Teresa del Pilar, gracias por tu comentario. Tienes toda la razón, es peligroso usar desprevenidamente términos tan ideologizados como "esencia" o "naturaleza".

Cuando te leí me fui a uno de mis libros de consulta y encontré estos cuestionamientos hechos por la autora y que tu me haces a mi: ¿Podemos decir que el respeto, el servicio, la ternura y la compasión son características esencialmente femeninas? y que ¿la fuerza, el gobierno y la racionalidad son propiedades esencialmente masculinas? ¿Será que estos conceptos son una invención patriarcal, una visión proyectada por los hombres en las mujeres? A ello, la misma autora responde:

"Lo masculino y lo femenino se encuentran entre los términos más culturalmente estereotipados del lenguaje. Esto no quiere decir que no existan diferencias entre las mujeres y los hombre, sino que se trata de cuestionar la justificación de la actual distribución de virtudes y atributos y de descubrir que no pueden imponerse como descripción de la realidad. Esa forma de crear estereotipos no está al servicio de la genuina humanidad de las mujeres y los hombres, sino que alimenta un dualismo antropológico casi imposible de superar...".

Vale, te agradezco. Un abrazo.

Panambi dijo...

Hola Nancy:

De nuevo, me encanta la aclaración y el aporte que haces. Me han parecido muy pertinentes.

Te rogaría que me enviaras la fuente, pues me gustaría poder acceder a ella.

Muchos cariños. Teresa

Nancy Olaya Monsalve dijo...

Mira, una de mis teólogas de consulta es Elizabeth A. Johnson. Es católica, y hermana de la Congragación de San José. Tiene importantes obras, pero la que yo tengo se llama: "LA QUE ES, el misterio de Dios en el discurso teológico feminista". Trata de conseguirlo, sé que te va a gustar.

Oye, tengo curiosidad ¿que significa "panambi"?

Panambi dijo...

Hola de nuevo:

Gracias por la referencia, voy a ver cómo puedo conseguirlo.

Y respondiendo a tu pregunta, "Panambi" es una palabra que significa "mariposa". Aquí, en Paraguay, hablamos el español (idioma oficial) y el guaraní (idioma nacional).

Nancy Olaya Monsalve dijo...

¡Qué bonito!!!